Alias Don Drapper, nuestro perfil de hoy es el director de Relaciones Institucionales de Telefónica, Alejandro Lastra.
Arrancamos con un alias que supo tener en algún tiempo, por parte de sus compañeres de trabajo, para desmitificar esa imagen estructurada de les abogades.
Hombre de campo, dicen algunes, y si bien nunca lo vimos con poncho y bombachas, hemos sido testigos de su habilidad para liderar cabalgatas y domar potros rebeldes.
Lastra es abogado, recibido en la Universidad de Buenos Aires, Master of Laws en la Southern Methodist University y egresado del Programa de Alta Dirección del IAE.
Tuvo su primera temporada en Telefónica como director de Legales, hasta el año 2007.
De allí cruzó a IBM, donde hasta el 2013 estuvo al frente de la dirección de Legales de la compañía para Hispanoamérica.
Como hijo pródigo fue recibido con bombos y platillos de regreso en Telefónica con el cargo de director de Comunicación e Imagen y director de Relaciones Laborales.
De allí en adelante, Lastra se sienta en la mesa paritaria sin solución de continuidad.
En el marco de las modificaciones internas de la empresa, pasó luego a ser director de Comunicaciones y Relaciones Institucionales y luego director de regulación y Asuntos Públicos; según su CV público.
Más allá del nombre del título en cuestión, lo cierto es que es una de las espadas del sector en la discusión con funcionarios nacionales.
En la recorrida de opiniones, alguien dijo: «Lastra?, un místico. Siempre aportando un análisis espiritual en las cuestiones corporativas».
Otres destacaron su «capacidad de adaptación» a «jefes, culturas, tendencias y a funciones muy diferentes».
«Un caballero con todas las letras» o «un caballero, que cumple su palabra» fueron quizás las frases más escuchadas en el trabajo de campo realizado por esta redactora.
Muchas voces coincidieron en la seriedad y la formalidad de Lastra; aún cuando es capaz de divertirse en público con los juegos de realidad virtual.
Colegas de otras épocas, no la actual, remarcaron su capacidad para trabajar en equipo y que «sabe escuchar y mucho».
Alguna vez, alguien lo escucho decir «las luces son balas», en referencia a la importancia de tener un bajo perfil en una industria en tensión constante como la de las telecomunicaciones argentinas.
